http://www.youtube.com/watch?v=sLDt9nrldfU
http://www.youtube.com/watch?v=_ko36AZlF2w&feature=fvwrel
Este tipo de baile
(si se le puede llamar así) se originó en los países latinoamericanos al ritmo
del ya conocido reggaetón. Los pasos y movimientos resultan bastante
provocadores y con contenidos altamente sexuales. Ya era sabido que el
reggaetón incitaba a una forma de expresarse con el cuerpo de manera quizás
demasiado explícita; pero este baile sencillamente va más allá de lo que hasta
entonces se conocía.
Sin embargo lo
realmente preocupante es el papel que juega la mujer. Ella es la sumisa, la que
se deja “dar”, simplemente se mueve sensualmente mientras el hombre, detrás
suya, se dedica a hacer movimientos de alto carácter sexual y con una
brusquedad desmedida. Ellos son los que controlan los pasos en todo momento y
la mujer simplemente se deja llevar. Podemos conectar esta realidad, con el libro de Simone de Beauvoir titulado El segundo sexo, en el cual se define a la mujer como “lo Otro” y como un objeto que el hombre debe poseer, seducir e incluso dominar por encima de todo, siendo desgraciadamente ese, el papel de las féminas durante siglos y siglos en la historia de la humanidad: “El hombre espera de la posesión de la mujer otra cosa que no sea la satisfacción de un instinto; ella es el objeto privilegiado a través del cual somete a la Naturaleza” ( Simone de Beauvoir; 1949; El Segundo sexo; pág. 66).
“Incluso en los tiempos en que aún se sentía confuso ante los misterios de la Vida, la Naturaleza y la Mujer, jamás se sintió destituido de su poder; cuando, espantado por la peligrosa magia que encierra la mujer, la sitúa como lo esencial, es él quien la sitúa, y así se realiza él mismo como lo esencial en esa alienación que consiente, pese a las fecundas virtudes que la penetran, el hombre sigue siendo su amo, del mismo modo que es amo de la tierra fértil; la mujer está destinada a ser sometida, poseída, explotada, como lo es también la Naturaleza cuya mágica fertilidad ella encarna.” (Simone de Beauvoir; 1949; El Segundo sexo; pág. 28).
En algunos países
es un escándalo que está al orden del día, lo que más preocupa de este tema es
la corta edad de los que suelen practicarlo: adolescentes e incluso niños y
niñas de distintas edades. Claramente es un tipo de baile que deja a la mujer
en una posición de sumisión y, aunque en
ocasiones lo practiquen parejas del mismo sexo, siempre hay una persona sometida
y otra que somete.
Así pues, aunque
pasen los años y el ser humano evolucione en otros muchos aspectos, en pleno
siglo XXI siguen surgiendo día a día tipos de música y expresiones
supuestamente artísticas, que dejan a la mujer en el lugar que los hombres
históricamente la han querido mantener: como objeto.
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